El lobo feroz vaga por el bosque en busca de un niño al que mordisquear, y encuentra lo que buscaba cuando encuentra a una niña vestida toda de rojo, sentada en una roca. Cuando grita a pleno pulmón, ella le reprocha que casi la asusta en lugar de huir. Al interrogarla, el depredador se entera de que, hoy en día, la gente teme más a los vampiros que a los de su propia especie. Triste al darse cuenta de que es "el último de los lobos malos", continúa su conversación con la joven, sólo para descubrir que, además de ser malhumorada, no tiene amigos... Y cuando dos chicos se burlan de ella y se niegan a jugar a la pelota con ella, la intervención de un curioso lobo vampiro puede demostrar que es mucho más valiente que ellos.

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